Sólo quedan 15 días.
Sólo 15 para pisar tierras gallegas de este a oeste, dejar atrás por unos días el stress (dicen que no sabe donde queda Finisterre, así que no creo que siga con nosotros hasta el fin del camino), el cansancio y las tareas cotidianas.
Más de 1000km sobre ruedas donde nos iremos alejando de las retenciones y los altos edificios para empezar a divisar, a través del cristal, las largas rectas sobre el asfalto, los desiertos donde Penélope y Bardem compartieron cámaras (y por lo que hoy se ve, algo más...), el meridiando de Greenwich, la ciudad que da nombre al queso fresco más nombrado de los supermercados, la comarca manchega que tantos suculentos manjares nos suministra, y por fin el verde singular de la tierra de las meigas.
Tierra de verdes; oscuros robles carballos, robustos castaños, recientes pinares y frescos eucaliptus.
Tierra de mares; el inmenso atlántico por el oeste y el frío cantábrico por el norte. Con sus tranquilas aguas turquesas o sus bravas aguas marinas, con sus subidas y bajadas de mareas, con sus castigados marineros y sus laboriosas marisqueras...
Tierra con Denominación de Origen: dificilmente superables vinos blancos, sabrosos turbios y modestos tintos. Orujos blancos, de hierbas o de café. Lacón, pulpo a feira o empanada. Tarta de Santiago o roscón...
Tierra de palabras únicas para sensaciones únicas: morriña, meiga, volvoreta, ribeira...
No habría mejor destino para visitar, sobretodo este año. Además año Xacobeo.
Habitar la casa donde todos los veranos me cuidaron mis abuelos (un beso a ellos), saludar a todos los aldeanos, recorrer los prados y huertas, embriagarnos de sus aromas y sonidos, beber de sus naturales fuentes, disfrutar de sus fiestas y gentes... después de 4 años Galicia nos espera! (y este año en familia).
Disfrutad unos segundos, Sandra
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