Esta vez abrimos las alas de nuestra virtual mesa para ocho, para convertirla en una amplia y cálida casa de pueblo para cinco (hacía tiempo que no salía la rima...).
Después de una larga espera llega el día fijado hace meses, y aún y así... nos faltan 3!!. Sólo las cinco longevas de esta mesa partimos hacia Lleida; muy a nuestro pesar, las tres zagalillas se quedan en la "gran ciudad".
Tras un viaje donde todas nos ponemos al día de todo, llegamos a casa de nuestra hospedadora. Una gran casa de piedra en mitad de un pequeño gran pueblo de origen medieval con su castillo, su casi destruida muralla y sus tan sólo 130 habitantes.
Llegada a la zona, paseo por el pueblo decente (más de 131 habitantes...) más cercano, refrescos, presentación de la casa, repartición de camas (shit!! con lo poco que me gusta compartir cama y me toca con la anfitriona,xD), salida a cenar (véase El buidasacs), retorno a la casa y charla durante horas.
Y llega la mañana del domingo a las 10h; ya vamos mal. Tarde y con un bizcocho de más de medio metro de diámetro y bañado empapado en orujo!!!. Sólo a ella se le puede ocurrir traer eso! jajaja.
Bueno, todas menos la "patriarca" del grupo que es madrugadora y a las 7 ya estaba danzando por la casa; y eso que le dejé las llaves del coche para que se fuese a tomar un café por ahí. Lástima que no caímos en la cuenta de pedir las llaves de la casa... y la mujer estaba encerrada. Intentó saltar por la ventana, pero estaba demasiado alta para precipitarse con sus zuecos de ante azul y tacón de 12 cm.
Ruta y fotos a doquier, recogida de higos por zonas colindantes, compra de vino típico de la zona, risas varias, barbacoa casera por todo lo alto y vuelta a la city.
Nuestra primera salida, superada; pero mejorable. En la próxima, las ocho.
Gracias por todo, anfitriona.
0 comentarios:
Publicar un comentario