A la tercera va la vencida. Eso dicen y parece que es cierto!
Es la tercera vez que intento darme un baño relajante en casa, "lucrándome" de este día festivo barcelonés y como preparación al inusitado día de mañana (trabajando en un lado del local mientras por el otro estará el pintor renovando estancias y paseo en helicóptero por Barna regalo de un familiar hace casi un año).
En el primer e inaugural baño en esta casa, casi salgo descalabrada. Yo, toda emocionada y sola en casa, me preparo mi agua con geles y sales varias y tengo la brillante idea de llevarme el desayuno allí; para ahorrar tiempo, eso es todo un clásico en mí... xD.
Pues como que el café con leche bien calentito no hace buenas migas con el aumento de temperatura corporal... mareo casi instantáneo.
En el segundo y ansiado baño (llevaba semanas deseando relajar la musculatura, aunque fuese a base del ronroneo del agua!) casi acabo con un síncope. Como siempre, con las prisas, quise aprovechar la hora libre que tenía después de un atracón de macarrones a la boloñesa y antes de salir a la compra semanal. Pues la sesión sólo me duró unos 7-8 minutos, tiempo suficiente para que los poros de mi piel emanasen vapor, mis pómulos pareciesen dos ciruelas rojas, mi corazón latiese fuera de sí, y la sensación de desmayo me hiciese gritarle a mi marido S.O.S.
Y en este tercer intento la cosa a salido mejor; de los fallos se aprende y ésta vez, sin prisas y con el agua no tan caliente, mi sistema cardiovascular lo ha soportado!
Menos mal, me he quitado la espinita que tenía clavada con la bañera. Que lo mío tuve que luchar para convencer a la humanidad que la iba a usar de vez en cuando...jajaja.
Sandra
1 comentarios:
Por fin todo llega -más vale tarde que nunca- Perto tengo que reconocer que eres única, lo que no te pase a tí, no le pasa a nadie.
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