En esta ocasión improvisamos nuestra particular mesa sobre una camilla.
Como se suele decir... a falta de pan, buenas son tortas!
Y qué más podemos pedir: el tablero sube y baja a la altura deseada con la simple acción de pisar un botón, la superficie es mullida para no acabar con callos en los codos después de la larga charla post-cena, rodeadas de focos infrarrojos por si nos acecha el frío, ...
Es lo que tiene improvisar una cena de viernes a las 10 de la noche para no tener que desplazarnos lejos de casa y que salga barato....
Unas pizzas, unas buenas patatas onduladas, una great coca-cola y como no... una xibeca (esto sí que es poco cool....) son una buena opción para cualquier ocasión.
Lo importante era reunirnos para, unas corroborar que todo sigue bien, otras informar sobre nuevos y agradables cambios, y otras desahogarse con los problemillas diarios. Casi casi como una visita al psicólogo (perdón por mis varias amigas psicólogas, no es intrusismo eh!?xD).
Dejamos el glamour y las ricas degustaciones que nos prepara nuestra cocinera oficial para otra planificada ocasión.
Hasta la próxima.
Sandra
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