...o eso sería lo que hubiésemos creído hace más de 600 años, antes de que Cristóbal Colón descubriese un nuevo continente (América) pensado que había llegado a Asia.
Después de bordear (sobre 4 ruedas) en una soleada y calurosa mañana a costa da morte, pasar por algún pueblo pesquero y degustar buenísimo marisco, entrar en alguna iglesia centenaria con unas imágenes difíciles de observar y fotografiar y parar en miradores improvisados para admirar resultados de la naturaleza, llegamos a cabo Fisterra (Finesterre).
El verdadero final del camino de Santiago. El ansiado Km o,oo de todos los peregrinos que vienen caminando o pedaleando durante semanas, con rampas en las piernas unos y llagas en los pies otros. Eso sí, todos con un mismo final, satisfacción.
Los que gozan del camino en compañía entran a la plaza cantando "caminando por la vida" del amigo Melendi, se encaran a la puerta principal, la admiran, elevan los brazos deshaciéndose de sus pesadas mochilas, gritan, se abrazan y saltan. Los que disfrutan de la soledad del camino entran titubeantes a la plaza, se encaran a la puerta principal, la admiran y se dejan caer atrás sobre sus espaldas sin articular palabra.
Todos ellos consiguen erizar el vello de los que llegamos a la catedral bien vestidos, con poco equipaje, alimentados e hidratados a discreción y casi sin gastar la suela de nuestros zapatos para llegar a la escalinata.
Bueno, para ser el primer intento no está mal... quizá algún año nos animemos en serio, xD.
Sandra
2 comentarios:
Yiiiiiijaaaa! traedme un Centollo!!!!
Jejeje. Tira la tierra eh, Juselin?
Un centollo no hemos visto, pero pregúntale a mi marido cómo se comen los percebes...xD.
Abrazos
Sandra
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